1.-EL CUERPO
Según
el Diccionario de la Real Academia de la lengua Española, lo corpóreo estaría
constituido por aquello que contiene cuerpo o consistencia, en tanto que
corporalidad está ligado a la calidad de lo corpóreo. La corporeidad entonces,
hace referencia a vivenciar el cuerpo en cuanto al hacer, sentir, pensar y
desear.
Aguado
Vázquez (2004) dice que el cuerpo humano ha pasado por diversas significaciones
a través de los tiempos, y que la simbolización corporal, está íntimamente
relacionada de acuerdo al contexto sociocultural y al universo ideológico en
particular, es por eso que el concepto de cuerpo, va a resumir la comprensión
del universo de determinada cultura en determinado contexto sociocultural. El
cuerpo humano sintetiza al menos tres diversas formas de experiencia: “1. Existe mi cuerpo; 2. Mi cuerpo es
utilizado y conocido por el prójimo y 3. Existo para mí como conocido por otro
a titulo de cuerpo.” (Rico Bovio, 1990, citado por Aguado Vázquez, 2004)
1.1.- El cuerpo a través de la historia
A lo
largo de la historia, la noción de cuerpo ha ido definiéndose a partir de clasificaciones
contrapuestas como la concepción dualista,
la concepción monista, la sociocultural, etc. A continuación, se
detallan brevemente las concepciones más significativas:
1.1.1.-
El dualismo y la concepción platónica
La
noción de dualismo proviene de la tendencia filosófica que separa lo natural de
lo cultural, lo material de lo inmaterial. Aplicada al ser humano, la
concepción dualista entiende que estamos compuestos de una parte material o
corpórea, y otra inmaterial o espiritual. De esta manera se establece un límite
que separa la realidad anátomo-fisiológica de la mental-espiritual. El dualismo
sostiene que la psique y el soma son principios irreductibles. (Perez-Samaniego
y Sanchez Gomez, 2001).
“La concepción platónica
del hombre está inspirada en un fuerte dualismo entre alma y cuerpo; el cuerpo
es entendido como cárcel o más precisamente como tumba del alma. De ahí brotan
las paradojas de la fuga del cuerpo (el filósofo desea la muerte en cuanto a
separación del alma del cuerpo) y de la fuga del mundo (para hacerse semejante
a Dios en cuanto le sea posible al hombre).
Esta concepción
presupone la doctrina de la inmortalidad del alma, a la que se unen
estrechamente las doctrinas de la metempsicosis o trasmigración del alma en
diferentes cuerpos y de los destinos escatológicos de las almas luego de la
muerte.” (Reale-Antiseri,
2007: 234)
De
acuerdo a ésto, para Platón el hombre es alma y cuerpo, pero el cuerpo es
considerado como cárcel y tumba del alma. Ésta, como miembro del mundo de las
ideas, tiene por misión liberarse del cuerpo y volver así a su existencia
espiritual. Lo espiritual es la verdadera realidad.
“Para Platón (…), el alma básicamente es
principio del conocimiento racional (…) el alma, antes de unirse a determinado
cuerpo, preexistió en el mundo inteligible (…) al unirse a un cuerpo, para
formar un hombre, lo hará temporalmente” (Chavez Calderón, 2004: 67)
De
acuerdo a esto, se puede concluir que, si el alma preexiste al cuerpo y después
de su unión temporal con él, regresa al mundo de las ideas, entonces el alma es
inmortal. Si la unión del alma con el cuerpo es temporal, significa que dicha
unión no es sustancial, sino accidental; el alma es el principio del
conocimiento racional, porque en su preexistencia, conoció directamente las
ideas, de manera que al presentarse alguna percepción sensible, ella recuerda algo
relacionado con dicha percepción.
Finalmente,
Platón le asigna al alma una naturaleza tripartita. La racional que tiene como
función conocer y gobernar; la parte irascible que es la fuente de los
sentimientos y la parte concupiscible que es donde residen las pasiones. De
estas tres almas, la primera es inmortal; las otras dos son irracionales y
mortales. (Reale-Antisieri, 2007)
1.1.2.- Descartes y la relación
mente-cuerpo
Descartes
(2006) planteó el problema de la relación mente-cuerpo, trataba de explicar cómo la conciencia, el
espíritu, el pensamiento, la libertad, las ideas, el libre arbitrio, etc.,
pueden vincularse al mundo material, tal como la ciencia lo describe.
Según
Descartes el cuerpo y la mente son entidades distintas, cuyos comportamientos
son fundamentalmente diversos. La mente está esencialmente vinculada al acto de
pensar, sin espacio definido, y puede decidir libremente. El cuerpo, en cambio,
está situado en el espacio, sin pensamiento, y lo gobiernan las leyes del
movimiento.
Bunge
y Ardilla (2002: 20) revelan que Descartes postula el dualismo
interaccionista como respuesta al problema de las dos sustancias. En su
opinión, en cada persona el cuerpo y la mente están unidos y cada uno de ellos
influye constantemente sobre el otro. Para Descartes, ambos interactúan en una
pequeña glándula, situada en la base del cerebro, que se denomina la glándula
pineal, desde la cual la mente rige el movimiento del cuerpo en su conjunto.
Vigotsky (2004), también hace mención de esta glándula, como la responsable de
nuestros movimientos, de acuerdo a la teoría de Descartes:
“Para Descartes el cuerpo
humano es una complicada máquina cuyas diferentes partes se encuentran en
compleja interacción unas con otras, por lo que constituyen un todo único, en
cierta manera, indivisible. Por eso, para Descartes, el organismo no es más que
una máquina articulada (…). En esta compleja máquina, hay un elemento que tiene
una importancia absolutamente excepcional. Esta es la sede del alma, es decir,
el órgano que está más especialmente unido al alma, por medio del cual ésta se
comunica con todo el organismo. Descartes tiene por órgano del alma a la glándula
pineal (…) constituye el lugar en el que se da una verdadera interacción entre
el alma y el cuerpo. Aquí los movimientos de los espíritus animales se
transforman en sensaciones y percepciones del alma. Aquí también acontece la
transformación inversa de los movimientos del espíritu en movimientos
corporales de la glándula, que de ahí se propagan a todos los órganos” (Vigotsky, 2004: 114)
1.1.3.-Concepciones monistas
Las
perspectivas monistas engloban una serie de teorías que basan la concepción del
individuo en una esencialidad integrada en un todo. El cuerpo es entendido como
un territorio donde se experimenta la presencia en el mundo. Las concepciones
monistas del ser coinciden en la preocupación por definir la existencia
corporal distinta a la dualista. (Perez-Samaniego y Sanchez Gomez, 2001).
“Spinoza (…) partiendo
de una concepción inicial de inspiración renacentista, afirmativa y alegre,
evoluciona hasta una posición materialista y naturista, tanto en el plano político
como en el ético…creemos que la noción espinosiana de cuerpo se sitúa en la
intersección de dos nociones de naturaleza: la vitalista y animista de corte
renacentista (…) Spinoza se opone a la concepción dual del cuerpo barroco: por
un lado, cuerpo corruptible condenado a la desaparición y a la nada y el cuerpo
resplandeciente, luminoso y etéreo, de los salvados” (Martinez 2013: 19)
Spinoza
(citado por Martinez, 2003) abandonó las dos sustancias de Descartes a favor de
la que ha llegado a ser llamada teoría del aspecto dual. Las teorías del
aspecto dual están basadas en la noción de que lo mental y lo físico son simplemente
diferentes aspectos de una única y la misma sustancia. Para Spinoza, la única
sustancia era Dios. Aunque estaba de acuerdo con Descartes en que el mundo de
la conciencia y el de la extensión estaban cualitativamente separados, Spinoza
rechaza el punto de vista cartesiano de que la conciencia y la extensión son
dos sustancias finitas a favor de la noción de que son atributos de una única
sustancia infinita. Esta sustancia, Dios, es la esencia universal o naturaleza
de todo lo que existe. Para este autor, cuerpo y mente son dos aspectos de una
misma cosa, y por eso, ya no es necesario plantear el problema de su
interacción.
En
definitiva, las concepciones monistas revelan que la vivencia del ser es
también corporal, y que la corporeidad es algo más que una materialidad ocupada
por la mente o el espíritu, del cual estos pueden y deben hacer un uso
adecuado.
Es
decir, el ser humano es considerado como una unidad (indisoluble), que no puede
dividirse o desintegrarse en diferentes partes. El mundo es comprendido desde
la integridad del sujeto. No hay un cuerpo escindido.
1.2.- El cuerpo en la actualidad
Según
Berruezo Adelantado (2004) los seres humanos somos y tenemos un cuerpo, nuestra
esencia anatómica y fisiológica es la condición de nuestros pensamientos,
sentimientos y acciones, nuestro cuerpo es nuestra herramienta, nuestro recurso,
nuestro continente y a la vez un
instrumento especializado.
Éste
autor, nos dice que además de ser seres corporales, nuestro cuerpo nos facilita
una ilimitada variedad de posibilidades de acción. A través de nuestro cuerpo
captamos el mundo que nos rodea, sentimos, notamos, percibimos, ejecutamos
acciones, nos comunicamos, manifestamos aceptación o rechazo, aprendemos,
imitamos, nos relacionamos con nuestro entorno, etc.
Le
Breton (2002) nos habla de que el cuerpo es identidad del hombre. El centro de
la acción individual y colectiva, el cuerpo es un elemento de gran alcance para
un análisis que pretenda una mejor aprehensión del presente. El autor nos dice
que cada sociedad proyecta en el interior de su visión del mundo un saber
singular sobre el cuerpo. Le otorga sentido y valor. Le Breton (citado por Prieto
Rodriguez, Naranjo Polanía y Garcia Sanchez, 2005) nos dice que el cuerpo
moderno ha realizado una ruptura del sujeto con los otros, con el cosmos,
consigo mismo. Y agrega que el cuerpo occidental es el recinto de la soberanía
del ego. La concepción actual del cuerpo está relacionada con el ascenso del
individualismo y también con la historia de la medicina que representa un saber
en alguna medida oficial sobre el cuerpo.
“El cuerpo moderno (…) implica
la ruptura del sujeto con los otros (una estructura social de tipo
individualista), con el cosmos (las materias primas que componen el cuerpo no
encuentran ninguna correspondencia en otra parte), consigo mismo (poseer un
cuerpo mas que ser su cuerpo).” Sassano
(2013: 91)
El
ser humano se volvió dueño de su individualidad, mientras su cuerpo pasó a
formar parte del conjunto social, porque el cuerpo es considerado como algo
separado del ser humano y sobre todo es considerado como un instrumento de
conocimiento. (Lutz, 2006)
Le
Breton (citado por Lutz, 2006), afirma que el saber biomédico se constituyó
mediante observaciones y experiencias con enfermos y cadáveres, en tanto que
los conocimientos tradicionales eran relegados y denigrados. La enfermedad, con
el comienzo de la medicina moderna, empezó a ser vista como algo ajeno que hay
que quitar y aniquilar. En cuanto al enfermo, era y sigue siendo visto como un
cuerpo debilitado y disfuncional que para curarlo necesita un remedio. Pero al
mismo tiempo, nos menciona que, en el imaginario, circula cierta información
sobre el cuerpo y sus cuidados, información poco precisa y confusa:
“hoy, en las sociedades occidentales, cada
sujeto tiene un conocimiento bastante vago de su cuerpo. Cada uno recibió una
apariencia de saber anatómico y fisiológico en la escuela primaria y
secundaria, mirando los esqueletos del aula, las imágenes del diccionario o
asimilando conocimientos de divulgación que se intercambian cotidianamente
entre vecinos y amigos y que provienen de la experiencia de vida y del contacto
con la institución médica, la influencia de los medios masivos de comunicación,
etcétera. Pero este saber es confuso. Son raros los sujetos que conocen
realmente la ubicación de los órganos que comprenden los principios
fisiológicos que estructuran las diversas funciones corporales. Se trata de
conocimientos más que rudimentarios, superficiales, para la mayoría de la
gente. En conciencia de su fundamento físico, de la constitución secreta
interna del cuerpo, el sujeto recurre paralelamente a muchas otras referencias”
Le Breton (2002: 84)
2.- PSICOMOTRICIDAD Y CUERPO
El
cuerpo puede ser definido como un recurso a disposición del individuo, se
podría decir que el cuerpo tiene características espaciales, de naturaleza
estática ya que ocupa un espacio; tiene además características espaciales de
naturaleza dinámica, ya que es capaz de moverse en el espacio y finalmente, es
capaz de modificarlas a través de los cambios de la postura y el tono en tanto
velocidad y/o armonía. Todas estas características espaciales, son modificadas
por la función tiempo.
El
niño desde que está en el vientre materno y durante su proceso de desarrollo,
siente la necesidad de realizar movimientos como medio para explorar su entorno
y actuar en él. Si se observa con atención a un grupo de niños, veremos que la
mayor parte del tiempo están jugando, al realizar esta actividad lúdica,
corren, saltan, ruedan, se desplazan libremente, conversan y realizan infinidad
de movimientos con su cuerpo, que les permiten, la maduración de sus funciones
neurológicas y la adquisición de procesos cognitivos, desde los más simples
hasta los más complejos; en un contexto socio-afectivo, basado en la
intencionalidad, la motivación y la relación con el otro.
“Según Ajuriaguerra
(1972), la evolución del niño es sinónimo de concienciación y conocimiento cada
vez más profundo de su cuerpo, el niño es su cuerpo, pues es a través de él
como el niño elabora todas sus experiencias vitales y organiza toda su
personalidad.” (Ajuriaguerra,
1972; citado por Da Fonseca, 1998: 190)
Berruezo
Adelantado (2004: 38) afirma que nuestro cuerpo hace, siente, conoce y
comunica, de tal manera que llega a considerar cuatro dimensiones diferentes de
la acción corporal:
·
Dimensión funcional o motriz: es aquella en
el que el cuerpo hace, se mueve.
·
Dimensión emocional o expresiva: donde el
cuerpo siente, experimenta y expresa sus sentimientos.
·
Dimensión racional o cognitiva: donde el
cuerpo aprende y organiza el mundo en tanto espacio-tiempo
·
Dimensión relacional o comunicativa: es
aquella donde el cuerpo se comunica.
“Estas dimensiones
constituyen, cuatro ejes fundamentales en virtud de los cuales se puede
interpretar cualquier acción corporal, y cuya proporcionalidad y equilibrio van
a determinar el desarrollo armónico y el bienestar del individuo en cada etapa
de su vida.
Mediante la acción
corporal, la persona simultáneamente hace, siente, conoce y comunica en mayor o
menor medida. En cada acción podríamos, determinar la interrelación existente
entre las cuatro dimensiones y ponderar el protagonismo de cada una. Sera la
aguda mirada del psicomotricista, la que leerá
la acción corporal y entenderá el valor que ha de dar a cada una de las
cuatro dimensiones.”
(Berruezo Adelantado, 2004).
La
psicomotricidad concibe al ser humano globalmente como una unidad
psico-afectivo-motriz, decimos que los aspectos conductuales y/o motores, ponen
de manifiesto los aspectos cognitivos y afectivos y viceversa.
“(…) la práctica psicomotriz, (…) nace
destinada a favorecer el desarrollo integral de la persona por medio del cuerpo
y el movimiento” (Bottini, 2007)
Henri
Wallon (1979) consideraba a la psicomotricidad como la conexión entre lo
psíquico y lo motriz, afirmaba que el ser humano se construye a sí mismo a
partir del movimiento y decía que el movimiento y el desarrollo van del acto al
pensamiento.
“Las diferentes
concepciones acerca del cuerpo y las producciones que éste genera, han sido
tomadas como conceptos relevantes para dar cuenta de su práctica por una gran
cantidad de psicomotricistas (…), ya que en esta práctica se piensa que
utilizando el cuerpo como eje de las acciones educativas o terapéuticas se dará
una respuesta no atomizada al trastorno del movimiento que afecta el desarrollo
psicomotor de la persona”
(Bottini, 2007)
J.
Le Camus (citado por Pastor Pradillo, 2002: 39 y 40), afirmaba que “el cuerpo de doctrina que los
psicomotricistas van constituyendo, incluirá una nueva lectura de lo corporal que
girara alrededor de lo que él denomina cuerpo sutil.” Y añade que esta
reacción se llevó a cabo en tres momentos principales en cada uno de los cuales
se restituyó a la corporeidad tres caracteres fundamentales: (Pastor Pradillo,
2002: 40)
- “La etapa del cuerpo
habilis: Que supera el dualismo, con un nuevo planteamiento que aporta el
paralelismo científico de Janet, Tissie, Wallon y Guilmain.”
- “La etapa del cuerpo
sapiens o consciente: Que se enfrenta al intelectualismo, desde las
contribuciones de Piaget, Freud, Ajuriaguera, y se destaca la intervención
del cuerpo en los procesos del pensamiento.”
- “La etapa del cuerpo
loquens o significante del cuerpo que comunica: En este planteamiento, se
discutiría únicamente el verbalismo propuesto por Lacan.”
Uno
de los objetivos de la psicomotricidad, está orientado al desarrollo de las
posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo. Por ese
motivo, la psicomotricidad influye en el desarrollo intelectual, afectivo y
social, favoreciendo la relación con el entorno, tomando en cuenta las diferencias
individuales. (Perez-Samaniego y
Sanchez Gomez, 2001).
Frecuentemente, mediante al lenguaje corporal, se expresa
aquello que disgusta, altera o aflige y que no se puede poner en palabras. La
psicomotricidad se orienta, hacia la acción corporal, hacia los procesos
corporales que determinan el funcionamiento del individuo, al mismo tiempo, la
psicomotricidad tiene como función develar lo que el cuerpo cuenta y expresa
mediante el movimiento. (Berruezo Adelantado, 2004)
A la
psicomotricidad le interesan todas y cada una de las manifestaciones y
representaciones que realiza el cuerpo, lo que el individuo manifiesta es su
acción corporal, donde se consideran tanto postura, movimiento, acción
postural, gestualidad y praxias. Es decir, se centra la mirada en el cuerpo, la
acción corporal, la postura y el movimiento.
“La noción de cuerpo en psicomotricidad no
evalúa su forma o sus realizaciones motoras, procura otra vía de análisis que
se centra más en el estudio de su representación psicológica y lingüística y en
sus relaciones inseparables con el potencial de aprendizaje. La noción de
cuerpo como noción construida por el propio niño adquiere un sentido y una
significación cuya integración está en la base de las funciones psíquicas
superiores.
La noción de cuerpo (…)
no se agota en las dimensiones neurológicas, una vez que trasciende sus
fronteras en los diversos procesos de comunicación. Desde la comunicación
básica, primitiva y vital, que supone el inagotable diálogo tónico-afectivo
madre-hijo, hasta el confort táctil, que representa la vinculación esencial del
ser humano a otros seres humanos, pasando por la imitación y por la
comunicación no verbal universal, el cuerpo, sede de la consciencia, es ni más
ni menos el habitáculo emocional y racional de la inteligencia” (Da Fonseca, 1998: 191)
3.- CONCLUSIÓN
Más
allá de las diversas concepciones y sus contrarias definiciones, se llega a la
conclusión que el cuerpo es un instrumento de comunicación y expresión.
El
cuerpo se desarrolla durante toda la vida, pasa por distintas etapas donde ira
adquiriendo conocimientos y habilidades que con el tiempo ira perfeccionando.
El
psicomotricista tiene que aprender el idioma del cuerpo y mediante la lectura
corporal, podrá conocer y reconocer la significación del movimiento y todo
aquello que el cuerpo expresa.
Es
necesario resaltar la importancia de la practica psicomotriz, para lograr un
detección temprana en el diagnóstico de trastornos psicomotores y para fomentar
e incrementar la armonía corporal y mental.
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