INTRODUCCION:
La
intención de este trabajo es describir cómo la psicomotricidad puede ser un
recurso para incidir, a través del trabajo corporal, en procesos internos y
externos que afectan al enfermo mental.
A
continuación se realiza una breve definición de la psicomotricidad como
disciplina, del hacer como profesional psicomotricista, del concepto de salud y
enfermedad mental y una descripción del concepto de esquizofrenia, síntomas y
tipos.
Del
mismo modo, se detalla brevemente, los beneficios y el modelo de aplicación de
la terapia psicomotriz en pacientes esquizofrénicos.
PSICOMOTRICIDAD
La psicomotricidad es una disciplina que,
basándose en una concepción integral del sujeto, se ocupa de la interacción que
se establece entre el conocimiento, la emoción, el
movimiento y de su importancia para el desarrollo de la persona, de su
corporeidad, así como de su capacidad para expresarse y relacionarse en el
mundo que lo envuelve. Su campo de estudio se basa en el cuerpo como
construcción, y no en el organismo en relación a la especie.
El psicomotricista es el profesional que se ocupa,
mediante los recursos específicos derivados de su formación, de abordar a la
persona desde la mediación corporal y el movimiento. Su intervención va
dirigida tanto a sujetos sanos como a quienes padecen cualquier tipo de
trastornos y así sus áreas de intervención serán tanto a nivel educativo como
reeducativo o terapéutico.
El término psicomotricidad constituye en sí mismo,
partiendo por su análisis lingüístico, un constructor dual que se corresponde
con la dualidad cartesiana mente-cuerpo. Refleja la ambigüedad de lo
psíquico (psico) y de lo motriz (motricidad) así como de las complejas
relaciones entre estos dos polos. Una definición consensuada en el primer
congreso europeo de psicomotricistas en Alemania (1996) ha llegado a la
siguiente formulación:
Cita: «Basado en una
visión global de la persona, el término "psicomotricidad" integra las
interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensoriomotrices en la
capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial. La
psicomotricidad, así definida, desempeña un papel fundamental en el desarrollo
armónico de la
personalidad. Partiendo de esta concepción se desarrollan
distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación,
cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y
terapéutico. Estas prácticas psicomotrices han de conducir a la formación, a la
titulación y al perfeccionamiento profesionales y constituir cada vez más el
objeto de investigaciones científicas.»
SALUD MENTAL
Salud mental o "estado mental" es la
manera como se reconoce, en términos generales, el estado de equilibrio entre
una persona y su entorno socio-cultural lo que garantiza su participación laboral,
intelectual y de relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Se
dice "salud mental" como analogía de lo que se conoce como
"salud o estado físico", pero en lo referente a la salud mental
indudablemente existen dimensiones más complejas que el funcionamiento orgánico
y físico del individuo. La salud mental ha sido definida de múltiples formas
por estudiosos de diferentes culturas. Los conceptos de salud mental incluyen
el bienestar subjetivo, la autonomía y potencial emocional, entre otros. Sin
embargo, las precisiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
establecen que no existe una definición "oficial" sobre lo que
es salud mental y que cualquier definición al respecto estará
siempre influenciada por diferencias culturales, asunciones subjetivas,
disputas entre teorías profesionales y demás. Manera también, como las
personas relacionan su entorno con la realidad.
La observación del comportamiento de una persona en sus
vida diaria es la principal manera de conocer el estado de su salud mental en
aspectos como el manejo de sus temores y capacidades, sus competencias y
responsabilidades, la manutención de sus propias necesidades, las maneras en
las que afronta sus propias tensiones, sus relaciones interpersonales y la
manera en que dirige una vida independiente. Además el comportamiento que tiene
una persona frente a situaciones difíciles y la superación de momentos
traumáticos permiten establecer una tipología acerca de su nivel de salud
mental.
ENFERMEDAD
MENTAL
La enfermedad mental es una alteración de los
procesos cognitivos y afectivos del desarrollo, considerado como anormal con
respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo. Se
encuentra alterado el razonamiento, el comportamiento,
la facultad de reconocer la realidad o de adaptarse a las condiciones de la vida
Sobre todo en aquellos casos en los que la etiología
biológica no está claramente demostrada, como sucede en la mayoría de los
trastornos mentales. Además, el término "enfermedad mental" puede
asociarse a estigmatización social. Por estas razones, este término está en
desuso y se usa más trastorno mental, o psicopatología.
El concepto enfermedad mental aglutina un buen
número de patologías de muy diversa índole, por lo que es muy
difícil de definir de una forma unitaria y hay que hablar de cada enfermedad o
trastorno de forma particular e incluso individualizada ya que cada persona
puede sufrirlas con síntomas algo diferentes.
ESQUIZOFRENIA:
La esquizofrenia (del griego
clásico σχίζειν schizein ‘dividir, escindir, hendir, romper’
y φρήν phrēn, ‘entendimiento, razón, mente’) es un
diagnóstico psiquiátrico en personas con un grupo de trastornos
mentales crónicos y graves, caracterizados por
alteraciones en la percepción. La esquizofrenia causa además una mutación
sostenida de varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo,
principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización
neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad
para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa
disfunción social.
Tipos de
esquizofrenia:
- Esquizofrenia paranoide: es la más común de todos los tipos de
esquizofrenia; y se caracteriza por delirios y alucinaciones auditivas
frecuentes. No son evidentes otros síntomas tales como habla y
conducta desorganizada o afecto abatido. Los delirios de persecución
son los más comunes, sus interpretaciones de la conducta y nocivos de los
demás están distorsionados, por ejemplo: un conductor de autobús
que sonríe con amabilidad es visto como alguien que se ríe de ellos en
forma burlona. Los individuos con este tipo de esquizofrenia son
propensos al enojo, ya que muchos se sienten perseguidos.
- Esquizofrenia desorganizada: este tipo de esquizofrenia se caracteriza
por desintegración grave y conductas regresivas que comienzan a una edad
temprana. Incluyen incoherencia o habla desorganizada frecuentes y
afecto abatido o inapropiado. Estas personas actúan de una manera absurda
e incoherente. Tienden a cambiar de tema en lugar de seguir una
idea. Debido a la gravedad del trastorno, muchas personas son
incapaces de cuidarse por sí mismas.
- Esquizofrenia catatónica: la perturbación en la actividad motora es la
principal característica de este tipo de esquizofrenia. Los catatónicos
excitados son inquietos e hiperactivos. Duermen poco y están en marcha en
forma continua hasta que caen exhaustos. Muestran prolongados períodos
de estupor. Algunos pueden adoptar posturas extrañas, sin querer
cambiar de posición. Otros exhiben una "flexibilidad cérea",
permitiéndose ser arreglados y luego permanecen así por largos períodos.
Durante las etapas de retraimiento extremo, pueden no comer ni
controlar sus funciones de vejiga e intestino.
Pueden alternar la actividad motora excitada y
el retraimiento.
- Esquizofrenia indiferencial y residual: la esquizofrenia indiferencial
es diagnosticada cuando los síntomas de la persona son obviamente
esquizofrénicos pero mixtos o indiferenciados. Estos síntomas
pueden incluir perturbación del pensamiento, delirios,
alucinaciones, incoherencia y conducta deteriorada gravemente. En
ocasiones resulta ser una etapa previa de otro subtipo. El
diagnóstico de esquizofrenia residual se reserva para personas que han
experimentado al menos un episodio de esquizofrenia en el pasado, pero
que en el presente no exhiben señales prominentes para la
clasificación como uno de los tipos de esquizofrenia.
INTERVENCIONES
DE LA TERAPIA
PSICOMOTRIZ EN EL ENFERMO MENTAL CRÓNICO
El cuerpo esquizofrénico
La persona sana distingue entre lo que pasa dentro y
fuera de su cuerpo, o lo que es lo mismo, cuenta con la diferenciación entre
los sucesos internos y externos, de esta forma el individuo constituye su yo a
través del propio cuerpo que además es el canal de comunicación de sí mismo.
La intimidad la proporciona el cuerpo que funciona como
una barrera defensiva que separa ambos mundos: el mundo interno y el
mundo externo.
Cuando el cuerpo no cumple esta función "fronteriza"
los dos mundos se entremezclan de forma que podríamos decir que el cuerpo está
abierto, no tiene límites; el interior puede salir y ser robado, y el exterior
puede penetrar en la intimidad del paciente y hacerle daño.
Vemos a pacientes que tienen miedo de que el cuerpo de
otras personas se meta en el suyo para robarles alimento o hacerles daño, o que
prendas o sustancias del otro penetren en el, que otras personas puedan
manipular sus órganos internos, que sus miembros se separen del cuerpo, crezcan,
etc. El cuerpo de la persona con esquizofrenia se torna poroso, abierto e
ilimitado.
Esta falta de intimidad hace que la persona se sienta
vulnerable ya que el control de su cuerpo y la relación con el entorno no
depende de su voluntad.
Si el yo corporal del esquizofrénico no tiene fronteras,
su propio yo psíquico también se diluye y se puede mezclar con el yo de los
demás. Ante estas circunstancias, el paciente necesita defenderse y se defiende
con lo que tiene: el propio cuerpo.
Desde el punto de vista de la Terapia Psicomotriz,
el enfermo mental ha perdido la noción del cuerpo, ha perdido la estructuración
de su identidad.
Esta manera de sentir el cuerpo va a afectar a la
globalidad de la persona:
1)
El
paciente deja de tener confianza y seguridad en el propio cuerpo. Ante esta
inseguridad va a perder capacidades para socializarse, desarrollando su vida en círculos muy reducidos
que minimizan el aprendizaje necesario para la interacción, y en consecuencia,
se ve privado de afectividad; el cuerpo del paciente carece del afecto que
proporcionan otros cuerpos, caricias, abrazos, sonrisas, miradas cómplices, en
definitiva, se va a ver privado del "calor humano".
2)
El
tono muscular puede estar afectado, nos podemos encontrar
con un cuerpo rígido, paratónico,
escasa disociación de movimientos, mirada vacía y a veces sin contacto,
movimientos sin finalidad, falta de planificación y secuencialización motriz, escasa
expresividad y espontaneidad, movimientos sin armonía, etc.
3)
Todo
esto se va a reflejar, además, en la forma en cómo la persona deja de preparar
su cuerpo para la interacción, deja de preocuparse por su aspecto exterior,
descuidando el aseo, el peinado, vestido, alimentación y cuidado general del
cuerpo.
4)
También
se van a ver afectados el estado de ánimo y la vitalidad, aspectos que depende
de la percepción subjetiva en cuanto a la confianza y la seguridad que la
persona tiene en su cuerpo.
Trabajo dirigido a la conciencia
corporal
Le Boulch, nos ayuda a comprender esta percepción que el
ser humano tiene de sí mismo: "La
noción del cuerpo es una estructura estructurante que se desarrolla a través
del sentimiento propio, más o menos grande, de la disponibilidad que tenemos de
nuestro propio cuerpo".
Básicamente, la noción del cuerpo, comprende la
recepción, el análisis y el almacenamiento de las informaciones que provienen
del cuerpo, de los otros y del mundo, informaciones que, una vez interiorizadas,
se utilizarán posteriormente.
La inadecuada noción corporal es un problema que afecta a
la relación del sujeto con el mundo exterior y le puede producir dificultades
en cuanto a la percepción, la movilidad y la relación con el entorno.
No podemos esperar que el paciente esquizofrénico
contacte adecuadamente con el exterior cuando el contacto con su propio cuerpo
esta alterado; cuando existe un desencajamiento de la estructura que forma a su
persona.
Desde la
psicomotricidad, el trabajo debe apuntar
a controlar, en la medida de lo posible, la sintomatología cenestésica y
corporal, dirigiendo la terapia hacia una conciencia y conocimiento del cuerpo,
a través de la estimulación propioceptiva como herramienta fundamental para
comenzar a estructurar la percepción del cuerpo a partir de estímulos
periféricos.
Cuando el paciente tiene delirios cenestésicos,
intervenimos a través de experiencias motoras que proporcionen sensaciones
básicas reales: sensaciones táctiles, propioceptivas, que estimulan las terminaciones
nerviosas y que ayudan a crear una conciencia específica del cuerpo en la que intervienen
factores como la tonicidad, la coordinación dinámica general, la planificación
del movimiento, la disociación de movimientos, etc.
Ejercicios de rotación del cuerpo sobre el suelo, reptar,
rodar sobre el cuerpo de otros, ejercicios que proporcionen tensión y
distensión muscular, percepción del peso corporal, sentir presiones, balanceos,
control de la respiración, percepción de la propia fuerza y energía, etc.
La respiración consciente y diafragmática la vamos a
utilizar para favorecer la concentración, disminuir la ansiedad y el tono
muscular.
Cuando utilizamos la relajación entre ejercicio y
ejercicio, nos ayuda para reunificar la imagen del cuerpo de los pacientes
psicóticos.
El objetivo es proporcionar sensaciones corporales
percibidas de forma consciente para que el cuerpo sea sentido como real y
concreto, poniendo la atención en el cuerpo, intentamos provocar "una
somatización de la atención".
Trabajo dirigido a la afectividad
El yo también se configura a través de los mensajes que
nos proporcionan otras personas sobre nuestra forma de actuar. Estos mensajes
son recibidos gracias a la interacción y a la comunicación afectiva. No podemos
concebir la comunicación afectiva entre personas sin contacto físico, contacto
ocular u otro tipo de manifestaciones emocionales.
Esta forma de expresión, en muchas ocasiones, esta inhibida
en el paciente psicótico, y se hace necesario trabajar hacia una toma de
conciencia, o de darse cuenta, de las propias dificultades para la
comunicación.
El paciente expresa sus dificultades de relación afectiva
a través de manifestaciones corporales. En muchas ocasiones podremos
observar una estructura
tónica bloqueada, a la defensiva, movimientos cerrados,
gesto inexpresivo, escasa capacidad
de iniciativa corporal, falta de imaginación,
escasa motivación para el movimiento, cansancio; de forma que parece que si no
se les dirige no saben que hacer. Todo esto refleja las dificultades del
paciente para expresar su mundo interior y para explorar el mundo exterior y el
mundo de los otros.
En las sesiones de terapia psicomotriz dirigidas a la
relación afectiva, el terapeuta juega un papel muy importante, su misión es dar
seguridad ofreciéndose como punto de referencia del paciente, cuando se le está
pidiendo que haga algo no podría hacer de forma voluntaria. Desde la terapia psicomotriz
intentamos que el paciente entre en contacto con el otro de forma natural, es
decir, que cada vez le cueste menos esfuerzo la relación interpersonal. Para
llevar a cabo este trabajo a través de la terapia psicomotriz, es
imprescindible crear una atmósfera apropiada para que se desarrolle la
actuación y la relación corporal afectiva. Las sesiones buscan proporcionar
seguridad y libertad, desbloquear ansiedades, miedos, complejos, etc., dar mensajes
de aceptación incondicional, pero a la vez, considerando al individuo
responsable de sus propias opciones de comportamiento.
Cuando el paciente está muy dañado, va a tener que hacer
un gran esfuerzo para lograr ponerse en relación con los otros.
Se proponen ejercicios que favorezcan la espontaneidad y
la creatividad, que requieran un diálogo entre las personas que están
"actuando" en la terapia: juegos espontáneos y dinámicos usados
como mediadores para la relación con los
objetos y con los otros. Poco a poco se van introduciendo ejercicios que
liberen el movimiento para mejorar la expresión afectiva, trabajos que
favorezcan el contacto corporal, ejercicios de expresión a través de gestos que
impliquen afectividad hacia el otro, juegos que provoquen risa y sentimiento positivos,
ejercicios en parejas o en grupos en los se ponga en juego la iniciativa, la espontaneidad y la creatividad de los participantes, etc.
Consideraciones generales del programa
de terapia psicomotriz.
El Programa de Terapia Psicomotriz está estructurado para
que el paciente deje de ser, en la medida de lo posible, un objeto pasivo, y
pase a involucrarse corporalmente en su proceso de reestructuración interna que
va de fuera hacia adentro.
Es imprescindible crear un clima de seguridad,
tranquilidad y libertad, eliminando la evaluación externa de las actuaciones y,
en general, la actitud del psicomotricista ha de ser de profundo respeto hacia
las personas, trabajando para que el paciente intente restablecer las
relaciones positivas consigo mismo y con los demás.
El terapeuta debe
saber recoger los mensajes verbales y no verbales que transmiten los participantes
y ser consciente de su forma de relacionarse corporalmente y verbalmente,
reconocer y rehabilitar su propio cuerpo como elemento de relación y de
expresión, controlar y dominar su propio cuerpo a través del estudio y de
experimentar en sí mismo, en su propio cuerpo, la terapia psicomotriz, aprender
a ser flexible y creativo para adaptarse constantemente a la dinámica del grupo,
trabajar con objetivos abiertos, desarrollar la capacidad propia para escuchar,
empatizar y autoevaluarse, resistir los efectos a veces deprimentes y
desestructurantes de la práctica diaria y saber trabajar en equipo aportando
sus propias reflexiones y enfoque específico.
El cuanto al método que se va a utilizar en las sesiones,
en un principio es necesario aplicar un método directivo, centrado en la figura
del terapeuta, esta manera de trabajar
proporciona seguridad y confianza y, como el máximo peso lo tienen el
psicomotricista, no provoca inhibición ya que el paciente aquí no asume ninguna
responsabilidad en cuanto a su actuación; la actuación no es iniciativa suya
sino del terapeuta. Posteriormente se puede aplicar un método más dinámico donde
el terapeuta sea el catalizador del grupo, con la finalidad de que el
participante explore sus posibilidades. Se puede trabajar así cuando las
personas implicadas en la terapia psicomotriz comiencen a sentirse seguros de
su capacidad de expresión, con la intención de fomentar la independencia y la
seguridad en sí mismo y en el grupo, trabajando hacia el desarrollo de habilidades
cognitivas, sociales y de expresión.
Las sesiones deben estar pensadas para incorporando
progresivamente al paciente en la dinámica que se pretende crear. De esta forma
deben tener un inicio, un núcleo y un final. El inicio de la sesión debe ser
suave y preparatorio con movimientos que, en principio, no supongan mucho esfuerzo
ni físico, ni de interacción, ni cognitivo. Es un momento muy importante ya que
vamos a tener que trabajar para vencer la resistencia de los participantes a
realizar la actividad. En el núcleo de la sesión, el paciente debe estar ya
preparado para realizar el trabajo propuesto. Se acaba la sesión analizando verbalmente
o a través de la expresión plástica o escrita, lo experimentado durante la
terapia.
No podemos perder de vista, en cada sesión de
psicomotricidad, la necesidad de crear experiencias afectivas positivas que
pasen a formar parte de la biografía y del aprendizaje adaptativo, apelando a
la maduración afectiva de la
persona.
Se pretende que el
paciente deje de tener miedo al movimiento y mejorar así su calidad
perceptiva (a mayor movimiento significativo mayor calidad perceptiva).
En las sesiones de psicomotricidad se exige un constante esfuerzo de adaptación
a las circunstancias exteriores y una progresiva tolerancia a la tensión que
pueden ir provocando las sesiones y la experiencia que proporciona el
movimiento, experiencia que va a ir cambiando al propio sujeto.
CONCLUSION:
Cuando
observamos a una persona afectada de enfermedad mental, leemos en su cuerpo mensajes
que nos trasmite a través de gestos, posturas, expresión facial, contacto
visual, tono muscular, etc., el cuerpo del paciente sufre y manifiesta su
proceso psicótico.
Desde
mi punto de vista, no cabe duda de que si queremos trabajar hacia una
rehabilitación integral, tenemos que hacer un esfuerzo para intervenir sobre
esta manifestación corporal patológica para que el cuerpo del paciente vuelva a
ser, en la medida de lo posible, un objeto de vida y socialización.
El
movimiento es inherente a todo ser vivo. Históricamente ha sido utilizado como el medio de comunicación por
excelencia, permitiendo expresar
conflictos internos y sentimientos que las palabras, no podrían describir.
El cuerpo
en el principal medio de expresión. Es así como éste sirve al sujeto como
conexión con el mundo, enviando y recibiendo mensajes que en ocasiones no requieren
o no toleran la palabra como medio de codificación.
Con
la terapia psicomotriz se interviene en la globalidad de la persona y se le
brinda al paciente, la posibilidad de utilizar su cuerpo como vehiculo de
comunicación con el mundo exterior y al mismo tiempo, expresar al exterior su
mundo interno.
BIBLIOGRAFIA
Aucouturier, Bernard: Los
fantasmas de acción y la practica psicomotriz-Editorial GRAO-2004
Da Fonseca, Vitor: Estudio
y génesis de la psicomotricidad-Índice Publicaciones
Gaetner, Rose: Terapia
psicomotriz y psicosis, La danza y la música-Paidós Ibérica-1981
Monsalve Hernández, Mariano: Psicoterapia y rehabilitación de pacientes con psicosis-Editorial
Grupo 5
Sassano, Miguel: Cuerpo,
Tiempo y Espacio: Principios básicos de la psicomotricidad-Editorial
Stadium-2003